El Agua Viene y Va
El agua que tomamos de la naturaleza actualmente es la misma que ha estado usándose durante millones de años. El agua circula permanentemente por la tierra y la atmósfera en distintos estados. Es lo que se llama ciclo hidrológico, o ciclo integral del agua, y gracias a él podremos utilizar el mismo agua varias veces a lo largo de nuestra vida.
La transferencia de agua a la atmósfera en forma de vapor se debe sobre todo a la evaporación por la acción del sol y, en menor medida, a la evapotranspiración de las plantas y la sublimación. Este vapor se condensa en las nubes y, por efecto de la fuerza de la gravedad, se producen las precipitaciones en forma de lluvia, granizo o nieve. El agua retorna así a la tierra, rellenando las masas superficiales directamente y las subterráneas por infiltración.
Una vez que el agua vuelve a la tierra en forma de precipitación atmosférica, los humanos captamos las aportaciones de los cursos altos de los ríos o de los embalses construidos para almacenar los recursos hidrológicos. En la parte alta de los ríos, el agua es más pura y garantiza un suministro de mayor calidad. En el caso de la Mancomunidad de Aguas del Sorbe, el agua del curso alto del río se embalsa en la presa de Beleña, cuya gestión corresponde a la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Desde el embalse de Beleña, el agua se traslada a través de grandes tuberías a la Planta Potabilizadora (ETAP) de Mohernando, donde se la somete a distintos tratamientos para hacerla potable y apta para el consumo humano.
Una vez tratada, el agua potable es tranportada por grandes conducciones hasta los depósitos municipales de los Ayuntamientos abastecidos. El agua permanece muy poco tiempo en los depósitos, para ser distribuida por tuberías que recorren la localidad hasta todos los puntos donde hay una toma de agua, de forma que siempre que se abra un grifo pueda disponerse del agua necesaria.
Con los diferentes usos que los humanos hacemos del agua, deterioramos sus características y dañamos su pureza. Para devolver el agua usada a la naturaleza en las mejores condiciones posibles, desde los desagües es transportada por la red de saneamiento hasta las plantas depuradoras de aguas residuales. En estas instalaciones se elimina la mayor parte de la suciedad e impurezas que el uso humano ha incorporado al agua. Una vez depurada, el agua es devuelta a los cauces públicos de los ríos. A partir de ese momento, cada gota de agua comienza nuevamente su ciclo hidrológico.